miércoles, 15 de agosto de 2018

RÍO DE JANEIRO DE LA MANO DE YEMANJÁ




 









Por aquel entonces estaba yo de servicio, de servicio día y noche tratando de desanudar las vidas de otros. Se había decidido pasar el fin de año en RÍO, lo bastante lejos para intentar olvidar otras existencias perturbadoras.
Un grupo variopinto componía el grupo, con algunas caras conocidas de por aquí: los “mutilzar de oro” a la caza y captura de “botos” de IPANEMA.
Cuando resucito de mi pildorita estamos aterrizando, la noche anterior había sido movidita.
Un hotel en la playa de LEME, un falso cinco estrellas doliente de los que abundan en los catálogos de viajes. La vista encerrada por los prepotentes vecinos, me preparo mentalmente para la batalla de estos días de “vacaciones en el paraíso”.
Visita de la ciudad alineados en un superbus-congelador con guía vociferante gratis. Su español aportuguesado me tortura y sus chistecitos, coreados por los “huevos de oro”, me dan ganas de sacarle los ojos.
“Cálmate, que tienes para rato”, me sugiere mi vocecita particular. “Aprovecha para echar una soñada, que no se te presentara otra ocasión tan redonda”, insiste.
Que si IPANEMA, que si BOTAFOGO, que si BARRA DE TIJUCA, que si FLAMINGO…escucho la letanía entre sueños; playas, mas playas, mas playas.
Me despierto en una curva de la FAVELA SUMORÉ a tiros cruzados que años mas tarde habría de convertirse en rutina. El PARQUE NACIONAL DE TIJUCA me reconcilia con la humanidad y me lanzo a tierra a aspirar los helechos gigantes y las “alegrías” salvajes, que falta me hacen.
¡A comer! Eso me inspira buenos sentimientos y hasta veo con buenos ojos a este prójimo que me rodea.
Cual rebaño diligente nos introducimos en el MARIO CRUSTACES, que según nuestro guía es el “pasaporte para el paraíso”. Gambas, langostinos, ostras, almejas, salmón ahumado y hasta langostas constituyen ese festín que aparece en nuestra mesa como río desbordado. Pena que veníamos de las Navidades de Euskal Herria.
El llanto y el crujir de dientes vendría con la dolorosa y no nos repusimos hasta el atardecer. Y como no, noche de samba, lentejuelas y caipiriñas
Por la mañana nos enteraríamos que nuestros “huevos de oro” bien cargaditos habían pretendido dar cobijo en el hotel a unas cuantas meninas de barrio, marchosas ellas. Acabaron en la calle entre gritos y amenazas.
Y se acabo el Othon palace también para nosotros. Desde el Meridien la bahía de Guanabara, dominio de los indios TAMOIOS de antaño,  lucia en todo su esplendor. Ahora podría salir al amanecer a la playa antes que empezara la tormenta cotidiana… a lavar mis pecados de pensamiento.
Por fin la NOCHE  esperada tiende su manto.
“Volvamos al hotel pronto. Cenemos en la habitación. Descolguemos el teléfono. Corramos las cortinas del ventanal Colguemos el cartelito de “No molestar” Me meto en la cama Siéntate cerca por favor hasta que la angustia me libere”. Y así continuamos…
Son casi las 12, corro a mi habitación y me precipito a la calle. La Avda. Atlántica es un río de fuego; la gente, una explosión  de risas gritos y abrazos. La música de la samba triunfa.

Me hago invisible y bajo a la playa. Ya las blancas MADRES DE SANTO y sus cofradías están terminando de preparar las ofrendas a YEMANJA, la ORISHA de las aguas. Mujeres vestidas de azul y blanco se acercan a la orilla con las flores propiciatorias, entran en el agua, montan en las barcas y depositan amorosamente su ofrenda a la Madre para obtener su gracia.
Alguien me pone una flor blanca en la mano y me echa agua por la cabeza. Como renacida, y aunque mi mente me ordena volver a mi trabajo, cuando subo a la acera me dejo arrastrar por la alegría de un grupo de brasileiros que me acogen con entusiasmo. Muchachas reidoras, jóvenes cimbreantes dispuestos a recibir el nuevo regalo de la Vida.
“Sola” Sola?” El hotel, mi trabajo, España, Yemanja… todo sale precipitado por mi boca, las piernas poseídas por la samba, el cerebro lanzando señales rojas de alerta.
Joao me agarra de los hombros y nos unimos a otro grupo que se dirige a la casa de su madre para recibir el ANO.
Besos, mas besos, hermanas, amigas, primos…su madre! Bellísima mujer de origen francés, dice, los primeros pobladores de Río, antes de los portugueses.
Comer, beber, mas beber, sambear y entra el ANO NUEVO en torbellino.
Joao (ingeniero de PETROBRAS) me susurra que tiene que salir para PETROPOLIS inmediatamente porque esta en teoría de guardia y su deber es inapelable.
“Tu vienes conmigo a Petrópolis, te gustara mucho, y mañana uno de mis hombres te puede traer de vuelta a tu hotel pronto por la mañana”. Pero yo… Joao sonríe y la palabra “deber” se retira al fondo de las tinieblas.
Será esta la colcha de pétalos de rosas de la “novia” de Lorca? Siento que no tengo fuerzas para resistir, que sus palabras me arrastran, me arrastran. Su coche vuela ya.
“Voy a recoger a mi ayudante, Jeff, en el centro”.
Las risas, los guiños, las bromas, las carcajadas, el “portinol”desaforado  hacen subir la tensión del acelerador. Enloquecido, casi nos incrustamos en un negocio de la calle Laranjeiras. Nos bajamos en un silencio opaco; Jeff vomita quedamente al filo de una tapia; a mi esta muerte tan próxima me ha devuelto a la oscuridad de mis días del deber cumplido.
“Quiero volver, Joao, por favor.”
Que el ventanal tenga el seguro! Que las pastillas no me hayan traicionado! Que nuestros vecinos estén celebrando lejos, muy lejos! Que todos los dioses, que la MADRECITA YEMANJA haga que llegue a tiempo. Y cruzo los dedos con fe renovada.
Leme! Salto del coche, el ascensor me parece mi encarnizado enemigo, escucho: NADA.
Al amanecer un regusto metálico me recuerda el sueño ya olvidado.

FOTOS: Cortesia de GOOGLE


.

5 comentarios:

  1. Ay, Rio de mi alma! A punto estuve de perderla...y me rio en la distancia.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Qué caro es el "pasaporte al paraíso"...pero qué rico debía estar todo. Lo digo porque se aproxima la hora de la cena y no me importaría...Pero supongo que después de pasar las navidades en Euskañ Herria no sería lo mismo. Ah! y cuidado con los Joaos :)
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Hoooola, amigo Emilio! Ya estas de vacaciones? Yo este ano, nada, ha sido solo tiempo de obras y componendas, alli, sonando con tiempos mejores.
    Te imaginas dos meses y medio pendiente del ladrillo,de unos y otros?
    Eso si, con algunos paseos por el borde de la ria, del pantano, con los arboles mas frondosos que nunca.
    Y que se cena por ahi? Dime para ponerme los dientes largos!
    Ay, los Joaos! Amigo...
    Menos mal o menos bien que a una le vuelve a funcionar el cerebro tras la debacle. Jajaja!
    Un abrazo

    ResponderEliminar