jueves, 25 de junio de 2020

MANUEL ANTONIO (COSTA RICA): PARQUE NATURAL + "FRIEND GAY BEACH AND VILLAGE"



















Así lo había planeado para escapar a la avalancha que se esperaba para a aquel domingo de Junio. Saldría de casa a las siete de la mañana, cogería el bus frente al "Mucho Musculo" y así estaría en la mismísima puerta de entrada cuando abrieran.
EL PARQUE MANUEL ANTONIO, uno de los más pequeños de Costa Rica, creado en 1972, es sin embargo el más visitado por su accesibilidad y belleza: playas de ensueño, arrecifes casi intactos, selva virgen, bosque húmedo tropical hasta las playas, montañas, islotes piratescos, ensenadas perfectas…la ¡BIODIVERSIDAD EN ESTE PARQUE ES INCOMPARABLE! Leo en el folleto del Gobierno.




Primera estación: ¡Nada de rezos! Me quedo patidifusa con las pintadas de la parada del autobús anunciando la venta de BALAS, si, de balas, de las que matan, para DEFENDERSE, no las de algodón gujarati...dice el escrito con número de teléfono y todo.

Subo. Solo el conductor conmigo. Carretera estrechita, cuestas y mas cuestas, curvas traicioneras al acecho disimuladas por la vegetación poderosamente verde. Anuncios de hoteles invisibles y restaurantes exclusivos en "plena Naturaleza".
Llegamos a una playa de hombres (la homosexualidad fue despenalizada en COSTA RICA en 1971). "Tiene que ir por ese camino, todo recto hasta la entrada del Parque" , entiendo, por fin, a una especie de mendigo que parece estar ensopado todavía. Pájaros y mariposas me dan la bienvenida por el sendero umbroso que huele a tierra mojada. Un portón, las taquillas, los guías ‘oficiales” de la compañía AGUILA con toda su parafernalia de especialistas y algunos pequeños negocios de bebidas y chismes engañabobos.
Me propongo seguir todos los senderos marcados en el plano, empezando por el SENDERO CATARATA. Dejo la ancha pista central y empiezo a subir escaleras con la esperanza de una caída de agua acorde con el pomposo nombre. Pero empiezo a sospechar que se trata de una bromita para turistas, no oigo ningún ruido de aguas despeñándose, ni corre ningún torrente por la quebrada. Sigo subiendo a pesar del desaliento hasta el cartel que indica "CATARATA", TODO PINTADO DE VERDE ECOLOGICO indicando la altura y cualidades de la ausente.
Siento que me invade una rabia incontrolable y tengo ganas de arrancar el cartelito y mandarlo quebrada abajo para que se refresque. Un gringo llega resoplando con su niñita al hombro y se queda de piedra con el panorama. Doy gracias a Cela y a la Real Academia por haber acuñado tantos y afinados epítetos que envío a los creadores del proyecto, un “especialista” según dicen.
Bajo saltando recitando mi letanía y sigo por el sendero paralelo a la pista central (acondicionada, claro, para personas con discapacidad, pero desde la que no se puede ver nada interesante), todo muy manicureado, con sus puentecitos colgantes y todo, sus manglarcitos y sus monos carablanca asqueados de tantos humanos vociferantes que juegan a cuculí entre el follaje.


Ya estaba a punto de darme la vuelta, pidiendo perdón a mis amigos por la falta de confianza, cuando, de repente, desemboco en un PARAISO, "PLAYA.MANUEL ANTONIO.". Una concha perfecta de aguas esmeralda, los almendros haciendo guiños a un sol que pugna por rasgar las nubes lechosas de la mañana. Los islotes guardianes, la isla MOGOTE santuario de los primeros pobladores QUEPOAS. ¿Sería el Paraíso, el que creyó intuir nuestro descubridor engañado? Aspiro con fuerza. Me siento. Cierro los ojos y un resplandor rojo-dorado resbala por mi frente…
Al poco se rompe el hechizo y aparecen otras gentes: una familia de ticos exultantes dispuestos a picniquear en la playa; dos mujeres chilenas, que la madre, arquitecto ella, me cuenta de sus proyectos en Costa Rica.
De allí me encamino con las dos amigas chilenas, madre e hija, a PUNTA CATEDRAL, 1,4 km y me dispongo a otra majadería paisajística. ¡Pero no! Aquí el “experto” no ha necesitado la ayuda de su técnica, la NATURALEZA, GENEROSA, UNICA Y CAMBIANTE nos deja inmersos en la BELLEZA suprema. Un frágil mirador, tembloroso, nos separa apenas del abismo. En una ráfaga desfilan ante mí los desafiantes “miradores” de la COSTA BRAVA, pero, a pesar de la grandiosidad salvaje de algunos, aquí es la TIERRA CON SU MANTO ESMERALDA LA QUE NOS SOBRECOGE, se apodera de nuestra alma y nos embruja.
Los zancudos atacan duro, pero esta mujer previsora saca de su mochila el más preciado bien de los visitantes del MANUEL ANTONIO: un veneno letal autóctono para estos mosquitos voraces. Es la primera vez que tengo que recurrir a estas pócimas…sin embargo, lo agradezco.
De vuelta, ya en el sendero de la playa, una familia de MONOS CARABLANCA aparece de entre la espesura atraídos por el jolgorio de un grupito de estudiantes gringos. Encaramados al túnel vegetal esperan un descuido de los fotógrafos para apoderarse de sus preciosas bolsas y botellas.


Los ticos han decidido bañarse y han dejado sus bártulos, su comida abandonada en la arena. Como un rayo aparecen dos coatíes (mapaches) dispuestos a darse un festín y escapan con sus presas. Habría que ver a uno de estos animales hociqueando goloso en una lata de atún que las gringuitas reservaban para su sándwiches. ¿Para qué cazar si estos bípedos nos regalan comidas deliciosas? ¡Y soy mapache!
Sigo sendereando hasta primera hora de la tarde, que pronto cerraran el parque y tengo que volver al PORTON DE INGRESO.
Esta particularidad del MANUEL ANTONIO es desde hace algunos anos materia de debate entre conservacionistas y el gobierno local. Ellos insisten en que es altamente peligroso el no disponer de otra entrada/SALIDA en el parque, al haber sido cerrada la antigua por la QUEBRADA CAMARONERA debido a la presencia de COCODRILOS atraídos por los detritus orgánicos provenientes de urbanizaciones piratas en la zona alta. En caso de TSUNAMI, los 600/800 visitantes se verían forzados a seguir la única ruta, que además, a sus ojos, resultaría insegura.


Hace algún tiempo el gobierno, con la ayuda de…, proyecto la construcción de un puente sobre la quebrada, el cual permitiría la evacuación rápida de la gente en caso de peligro inminente. Unas vigas enormes duermen abandonadas en la zona, testigos del despilfarro y mal gobierno de las autoridades concernientes.
“ Yo no veo el tal peligro. Además, este puente costaría….Que alguien me dé …. Y será construido en un abrir y cerrar de ojos” Dice la autoridad competente.
Entonces… ¿Quién hizo el estudio del proyecto? ¿Por qué haber comprado a alguien esas vigas capaces de soportar el peso de la humanidad entera? ¿Por qué dejarlas abandonadas? Me pregunto.
Y me pregunto.
¿Sigue siendo MANUEL ANTONIO el PARQUE MÁS BELLO DEL MUNDO según lo declaró FORBES en 2011?
Demasiados acicalamientos a mi gusto, claro.

FOTOS: Cortesía de GOOGLE

lunes, 15 de junio de 2020

XALAPA CON LOS XALAPEÑOS NO COMESTIBLES















 Chile relleno


 Torta de maiz (gordita) en el mercado

Tenía que llegar a Puebla el sábado y no quería volver por el DF (México capital), así es que acepte la idea de pasarme por la “divina” XALAPA, como me había aconsejado Mery, la dueña entusiasta del hotel de PAPANTLA.
“Es que Xalapa es especial: culta, amable, respetuosa con la tradiciones, internacional, y como se come allí. ¡Madre mía! En fin una joyita! “Y podía seguir así sin descanso...
Uno de esos autobuses magníficos de México me dejo en pocas horas en la capital de Veracruz, que no sabía yo que la Constitución mexicana prohibía la ubicación de capitales en la costa y pensaba que Veracruz ciudad, en el Golfo, era la capital de estado veracruzano...
Esta vez la guía “Planeta acompañado” me ha resultado un fiasco, la verdad. Precios no actualizados, comentarios poco acertados y selección de hoteles nada recomendables.
¿Sería la edición en Español? No volveré a creer en los de la FNAC!
El HOTEL LIMON, menospreciado por ellos, resulto ser una opción de lo más recomendable: limpio como una patena, pegadito a la catedral, y con un patio de azaleas para revivir los ánimos por la noche.
“Es de unos gallegos” me dice una camarera mientras acarrea sabanas por el pasillo. Ella lo controla todo todito”. Pues benditas las gallegas, pienso para mis adentros.
Empiezo el día con una caminata de varios kilómetros para acercarme al MUSEO ANTROPOLOGICO, considerado como el segundo del país, nuevecito, en medio de un jardín lujuriante. Su colección de CABEZAS OLMECAS es impresionante, con una variedad de expresión sorprendente. Allí me paso toda la mañana imaginando la vida de esos artesanos dando vida a los sueños de sus gobernantes y sacerdotes, intentando complacer a sus dioses, quizás ofreciendo su alma a cambio de un segundo de gloria.
La escuela de cine LUIS BUÑUEL me recibe camino de LOS LAGOS. Una señorita me explica el entusiasmo en México por la obra de D. Luis. Un alumno disfrazado de existencialista francés me cuenta sus sueños. Caminando por el parque de LOS LAGOS llego hasta la BIBLIOTECA Y EL AUDITORIO DE LA UNIVERSIDAD.
Bosques, jardines, un lago, azaleas multicolores reinan en este paraíso primaveral. Un alumno de Comercio Internacional me acompaña por el laberinto de senderos, no me imagino cómo podría volver por la noche al Limón después del concierto...
Pero eso, para mañana.
El mango MANILA ha invadido la ciudad, la piñas, los mameyes, las naranjas tropicales me lanzan miradas seductoras y me dejo cautivar por las manos brujas de la mujer del COMAL del restaurante EL PAN NUESTRO, debajo del hotel.
 Sus CHALUPAS ardientes y reidoras me reconfortan y olvido la llovizna.

FOTOS: Cortesía de GOOGLE


viernes, 5 de junio de 2020

THAILANDIA : DE BUDHAS Y REYES EN BANGKOK
















Mi primera noticia del país fue gracias a nuestra proverbial revista catalogo de gracias de las monarquías reinantes y en dorado exilio. Recuerdo que hablaban de una reina de ensueño y un rey justo y sabio y de vocación musical, adorados por sus súbditos.
Mas tarde la imagen de aquel paraíso se ensombreció y se convirtió en un polo de turismo sexual, trabajo infantil y “esclavo”.
Y llego el día en que declararon que debía ser tenido como modelo de desarrollo económico: ¡TIGRE DEL SUDESTE ASIATICO!
Y, prohibieron la prostitución infantil, reforzaron la prohibición de la venta de esposas e hijos, prohibieron el trabajo infantil, con el sano propósito de remoralizar la patria.
Nunca fui a Thailandia. Allí no me encontrarían, decía yo.


Había bajado la guardia. Recordando mi amada Colombia, esperando con ansia la llegada del agua de mayo, me cogió desprevenida la invitación.
¿Por qué no vienes y pasas con nosotros diez días en BANGKOK? Estaremos en casa de mi hijo, pero tú puedes ir a tu aire, ¡que te conozco!
Y me embarcó en la experiencia impulsada por las alegrías grises de la vida cotidiana.

¡Bien empezamos! La Thai es una compañía excelente que se desvive este año de la celebración del cincuentenario. Interior malva y rosado. Mantas lila profundo. Me predispone la sonrisa del personal de a bordo. Antes del calambre descubro que hemos llegado a SUVARNABHUMI, el aeropuerto de BANGKOK, con su modernidad “verdadera”, sus plantas verdaderas, sus orquídeas verdaderas, sus policías que verdaderamente saben como tratar un pasaporte extranjero.
Me dirijo a los servicios con la esperanza de encontrar un punto de referencia al que asirme: papel ausente, grifos secos, aguas mayores y menores tapizando la cerámica última generación. No!!!!!! Todo esta impecable, no como en la estación de autobuses de Bilbao la vez que tuve una urgencia. Tanta perfección me dejo adolorida en mi ego euzkaldun!

Y allí estaba Seri hecho dientes dándome la bienvenida. Atravesamos la ciudad que por momentos me recordaba barrios de Bogota o del DF, lleno de cables por todas partes, vendedores de fruta, flores y comida en las calles. Enormes rascacielos desafiantes se alzaban en medio de casas de madera condenadas protegidas por árboles lujuriantes. Coches, coches y coches. Alguna moto.
“Es el nuevo tren al aeropuerto, acaba de empezar, de los alemanes…” Precisa Seri con orgullo. “Tenemos también un tren aéreo y metro. Todo de lo más moderno. Gracias a nuestro rey Bhumibol amante del pueblo no como otros que no hacen nada mas que robar….”
Ahora comprendo la omnipresencia de los retratos de la pareja real, me dije.

Llegamos. En la esquina un “SEVEN ELEVEN”, a media calle un buffet coreano, en frente de la casa un jardín-restaurante que se anuncia como la “casa del auténtico pastel de queso americano”. Ahí ya me quedo perdida. Dos ninfas, 40 kilos en bruto, montadas en brillantes plataformas de 10 centímetros hacen perder el equilibrio a mi acompañante. El vestido, recortado por ambos extremos, hará las delicias de los tycons de la industria textil.

Hoy “ladrillos y yeso”en la casi isla de RATTANAKOSIN. Nos deja en la puerta de la Oficina de Turismo por aquello de encontrar un nuevo milagro de desarrollo, pero no, no entienden y solo están programados para dar mapas y sonrisas. ¿KO LANTA? ¿BUS? ¿TREN? Para terminar…?Las barcas reales? ¿Se puede atravesar el río?... Y me pregunto por que estoy perdiendo mi precioso tiempo en este dialogo de besugos.
Resultado. El embarcadero esta tapizado de sacos de arena, me toca subir por el puente PINKLAO y caminar por un dédalo de callejuelas entre casas de madera destartaladas que exponen sus tripas a la mirada indiscreta, niños ágiles como sierpes rutilantes viejas de dientes “betelizados” rojos rojos puestecillos de comida fragantes y estratégicamente alguna indicación medio podrida de “las barcas”. Todo encharcado.
Tras confraternizar media hora, “museo-aparcamiento” cerrado por inundación. Las BARCAS REALES efectivamente están allí, rojo, amarillo y oro asoman sus proas orgullosas en medio de las aguas. Respiro hondo y vuelta atrás sin atender la oferta maravillosa de un amigo que quiere hacernos atravesar el canal en su LONG TAIL BOAT antebellum.

Atravesamos el mercadillo de pescado seco que hace pantalla al embarcadero THA TIEN, chipironcitos, gambitas, pescaditos capturados en sus juegos infantiles, el olor me traspasa hasta el alma y entro en el templo, WAT PHO, como perseguida por el diablo.
“Esta cerrado, es la hora de comer” dice el fabulador de turno. Le señalo la puerta abierta de par en par con cara de asco y llego directamente al BUDHA RECLINADO.
Un gentío descalzándose, retorcimientos de cuello para intentar captar la inmensidad de esta estatua de 46 mts de larga y 15 de altura a través de las “ventanas”, me despistojo adivinando las 108 marcas auspiciosas del verdadero BUDHA en sus pies incrustados de nácar, pero no contribuyo a la música de los calderos de la ofrenda,
Tengo que admitir que prefiero mis templos de la INDIA DEL SUR, puro granito ellos, miríadas de estatuas, flores y fieles y gopurams y estanques y hasta murciélagos. ¡Vida!
¡Aquí todo luce novísimo! Restaurado dicen ellos. Prefiero el estilo antiguo de recubrimiento de cheddis, pagodas, muros y palacios con minúsculas piezas de cerámica china decoradas a mano. Este estilo de decoración pomposo de cristales de colores rutilantes y estatuas doradísimas sin alma me deja acongojada. Me refugio en un patio interior cerca de la ESCUELA DE MASAJE, y acaricio el cementerio de estatuas de granito antiguas desmembradas.
Me tomo mi sopa, TOM YAM KUNG, en un resto que parece una tienda de ultramarinos de principios del siglo XX, madera de palo rosa y cristales biselados, frente al Wat y en la acera palpitante de thais. ¡No hay mendigos!

El sol aprovecha para achicharrarme mientras busco la entrada del ROYAL PALACE  y su WAT PHRA KAEW. Cola paciente, vuelta a la entrada para solicitar una camisa que oculte el esplendor de mis exultantes brazos sexagenarios. ¡Maldición! Esto huele como la burka de la mezquita AL AZAHAR del Cairo.
Y mas Budhas, y siempre Budhas y Budhas. El BUDHA DE ESMERALDA es una pequeña estatua de nefrita, en realidad, encaramada en un altar dorado que roza el techo. Y me pregunto si Sakyamuni tendría la intención de obnubilar a sus seguidores.
Mas patios, mas pagodas, mas dorado, mas hojitas de oro volanderas en un Budha que da la impresión de estar despellejándose.
El palacio no me impresiona, dos salas de trono despojadas y huecas, un museo huérfano, la guardia real para delicia de los foteros. Me recupero de la nada en un jardincillo antes de ir a la cola de la moralidad y el respeto a devolver la camisa odorante.

¡A la calle! Allí habría de encontrar el secreto.
Deambulo por el MERCADO DE AMULETOS. Nada de eso podría protegerme cuando desafío al destino, pienso yo, mientras finjo interesarme en el “gancho” que ausculta una piedrecita tallada con una lupa.
Descubro una tienda de piedras semi-preciosas en bruto, de Brasil, de África, dice la mujer bajo los rayos oculares del marido rollizo cadenon de oro al cuello con cuatro amuletos encapsulados. Compro algunas pulseras de ágata por aquello de los negocios.
Descubro una tienda de un chino, joven aterciopelado que me explica con fervor el origen de sus estatuas de piedra pintadas a la antigua usanza. Una belleza que no podré llevar conmigo.
Es tarde para atravesar el CHAO PHRAYA RIVER y llegarme al WAT ARUN, así es que me siento en un jardincillo, en las escalinatas al borde del agua, contemplando el Wat jugando con las sombras en la otra orilla.

Esperando a Seri frente al palacio real llegó la noche con el propósito de hacerme amiga de barcos y trenes, de metro y tuc-tucs. La providencial panadería AU BON PAIN endulza la espera. El trafago de gentes “invisibles” preparándose para los sueños, desplazando sombrillas ajenas, instalando plásticos cortineros, desenterrando risas presurosas y miradas inquisitivas me hizo comprender otra dimensión de esta ciudad cegadora.
Tortilla y pimientos del piquillo en casa.

FOTOS: Cortesia de GOOGLE