“No para de llover y mas por allí por el sur, en
la PENINSULA DE OSA. Tendría que llegar a PUERTO JIMENEZ o a GOLFITO y de allí
a CARATE para entrar en el PARQUE NACIONAL CORCOVADO. Los ríos estarán
desbordados, barro por todas partes y los animales en sus guaridas. Pagar 120$
USA/día a un guía (obligatorio ahora) no parece buena idea…Mejor llegar a BAHIA
DRAKE y de allí, si escampa, entrar por SAN JOSECITO…”
Esa era la cantinela que venía escuchando desde San José. Haría caso. Solo
que para llegar a SIERPE tenía que hacer varios transbordos a toda marcha si
quería coger la ultima lancha que iba a BAHIA DRAKE. Me hice un regalito y
contraté con INTERBUS SHUTLE por 35 $
USA y 3 horas hasta mi destino a pie de lancha.
Bosques de PALMA DE ACEITE bordean esta costanera sur que ha facilitado las
comunicaciones en la zona. El chofer, un robusto uniformado y cadenudo, parece
decepcionado al descubrir que esta vez el destino le ha jugado una mala pasada:
nada de english people, generosos y dicharacheros. Así, se dedica a secretear
con su asistenta de vuelo y no responde más que con monosílabos extraídos con
sacacorchos. Esta vez la información me llegara por otros medios.
Puntual, me vomita en el restaurante paradero taquilla de Sierpe, demasiado
pronto para mi lancha que había concertado con Pedro, diré, el dueño del CORCOVADO LODGE donde me hospedaría por
aquello del buen precio y la vista a la bahía. ¡Aquí todo se paga a precio de
oro! Hay un tráfico de camareras, guías, lancheros, negros, algunos turistas
que van llegando en taxi desde Palmar cargados de muerte.
Un joven negro, piernas de acero y pelo rubio ensortijado transporta con
parsimonia bombonas de gas al restaurante, parándose para mejor captar los
detalles de una familia de franceses resabidos. La que parece la manager, la
jefa del cotarro, una mujer joven mestiza de escote vertiginoso, BOCA REIDORA Y
OJOS DE AGUILA, le hace arrumacos al que resultaría el capitán de mi lancha, un
experto marino y seductor Don Juan, parece.
Pero es que aquí todos se conocen…
A la hora dada un revuelo impresionante. Lanchas,
lanchones, gente local intentando acomodarse y los capitanes y sus acólitos
dando órdenes y repartiéndose la turbamulta. Parece que me toca una lancha
pequeña, dizque más rápida y que podrá pasar por el MANGLAR, joya de la región.
¡Afortunada me siento!
Como es de rigor por estos pagos nada de chalecos
salvavidas, solo la DIVINA PROVIDENCIA, EL JESUSITO BUENO Y LA MADRECITA para
protegernos. El rio SIERPE es amazónico, color arcilla dorada, apacible hoy por
milagro, con sus jacintos en flor, arrastrando troncos medio podridos deseosos
de ver el mar antes de morir del todo.
Entramos por uno de los CANALES MAREALES. MANGLES
BLANCOS, MANGLES NEGROS, MANGLES ROJOS, dice nuestro capitán. Unas raíces como arañas
gigantescas se alzan a los dos lados del brazo del río que desemboca en el mar,
exhausto en un arenal… es el MANGLAR TÉRRABA-SIERPE, el más extenso del país,
HUMEDAL RAMSAR desde 1995 ¡Ay si tuviera ahora unas cuantas hojitas de MANGLE
ROJO, para mascarlas! Con lo que me duelen hoy las muelas. Este árbol amigo
tiene muchas propiedades curativas.
Lejos estaba yo de imaginar la que nos vendría encima. Salimos a una
especie de estero, el PACIFICO rugiendo, azotando los islotes para después
venir a estrellarse contra la escollera.
¿Y ahora? Yo no veo ningún pueblo en la lejanía, a nuestra izquierda; ni
playas, ni puerto…el mar, solo el océano omnipotente, el dueño de nuestras
vidas, hoy… Le digo desesperada a nuestro capitán que no se inmuta y pretende
que todo está bajo control, que no es nada peligroso, que es el pan de cada día.
Pan tuyo será, me digo encomendándome a todos los dioses. “Tenemos que coger la ola atrás y escapar
antes que vuelva con más fuerza y nos aplaste contra el acantilado”
Salimos. Motor rugiendo en medio del fragor de
las olas asesinas. No consigue pasar y volvemos cabalgando en la espuma, ellos
riendo y yo aterrorizada clavada al banco sin respirar siquiera. Normal,
normal, el capitán se dispone al segundo ataque, pero el Pacifico es más fuerte
y tiene que claudicar. Lo intenta dos veces más, ya sin risas ni bromitas,
calculando sus fuerzas al milímetro, empapados hasta los huesos y yo con la
certeza de expirar mi último aliento en estas aguas aguerridas.
Un acelerón mortal descoyunta la lancha, nos
encarama en la cresta de la ola pasando a milímetros del islote que guarda la
bahía y se abre a nuestros ojos (los míos) que parecen estar soñando tras el
espanto la bahía más perfecta que imaginarse pueda: ¡DRAKE!
El sol ha vencido a las nubes y se refleja soberano en las hojas de los
almendros recién bañadas por la lluvia enemiga. Una o dos barcas varadas en la
playa, perros, cocoteros, dos hombres esperando la lancha, el nuestro, Ricardo,
diré, que me ayuda a desembarcar en la playa y a subir la cuesta hasta su casa.
Allí me quedaría tres días con su familia.
Pie en tierra, juré que no volvería por la escollera.
FOTOS: Cortesía de GOOGLE
Es que, amigos, lo mio no es el aguita de mar, que yo quiero morirme mas bien seca. No lo puedo remediar!
ResponderEliminarImpresionante el MANGLAR TERRABA-SIERPE. Lo recomiendo, con sus aguas bien tranquilitas y si malas vienen, vas y te aferras a estas raizotas a esperar en compania de los cangrejos. Jajaja!
Saludos
Magnífico recorrido...muy intenso !
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Mark.
EliminarSaludos
Bueno, bueno.... menos mal que el miedo se quedó en eso: miedo. Me alegro. Yo me he quedado con esta indígena: "La que parece la manager, la jefa del cotarro, una mujer joven mestiza de escote vertiginoso, BOCA REIDORA Y OJOS DE AGUILA". ¿Puedo?.
ResponderEliminarBesos, 'mi maharaní'.
Ayyyyyyy! Genio y figura....
EliminarVenga! Vete pronto al muelle de Sierpe para que no se estropee, que el tropico, tu ya sabes, hace estragos.Jajaja!
Besos
Hola Igoa: Al comenzar a leer tu escrito me ha llamado la atención lo "careros" que son por allí: ¿120$ USA por visitar un parque nacional? Ni que la guía fuese la del escote que le gusta a Blas :)
ResponderEliminarPero vaya, que luego leyendo más abajo, lo que veo es que pasaste auténtico miedo. En eso te pareces a otras personas que me han comentado que les aterroriza morir en el mar. Cada uno tiene sus "caprichos".
Bueno Igoa, lo importante es que saliste bien del trance y que lo puedes contar. Ya lo dijo García Márquez: vivir para contarla...
Un abrazo!
Hola, Emilio! El de los comentarios "redondos"...
ResponderEliminarSi, si. Eso del aguita no me va y ya es la segunda vez.
Garcia Marquez me seduce.
Y, ?Van a subir el SALARIO MINIMO O NO?
Un abrazo
Hola, qué tal...?
ResponderEliminar(•“-”•)
F E L I Z _ N A V I D A D
Mis mejores deseos de que estos días los pases en compañía y sean inolvidables.
Abrazos y felices fiestas. (•“-”•)
Un poco tarde ando yo, amigo Juande...
EliminarGracias por tus buenos deseos y yo tambien me uno a esos suenos.
Aqui estamos en la fiesta de la cosecha, PONGAL se llama. Asi es que hoy HAPPY PONGAL!
Abrazos
Como andamos de lluvias monzonicas...pues he recordado este recorrido por la BAHIA DRAKE EN COSTA RICA. Aquello era llover!
ResponderEliminarSaludos