domingo, 1 de diciembre de 2019

SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LIU BEI, LLEGUE AL BARRIO TIBETANO: WUHOUCI





¡Catástrofe!
Que no estas en la India, no. Que hoy es sábado y seguramente los bancos estarán cerrados en China. Lo intento en varios  allí por la WOHOUCI. Nada. ¿El Bank of China? Sí, sí, aquí cerca, estará abierto. Espero que no se tratara de otro  cajero automático. Esta abierto, sí, pero, increíble, me dicen que van a cerrar porque no tienen dinero…
Nada de gastos superfluos hasta el lunes. Cuento y recuento.
Esta es una zona residencial acomodada, poca gente por esta avenida de árboles frondosos. Camino sin parar más de media hora, ya tendría que haber llegado al TEMPLO WUHOU según los empleados del Banco. Acelero, atravieso un puente, un blanco en motocicleta se para y me interpela. ¿Estás perdida? ¿Puedo ayudarte? Es un hombre joven que habla ingles como los alemanes, bien parecido,  desastrado a la moda. Me dice que él y su mujer trabajan en un colegio suizo de la zona y que hoy no tiene clase. Se ofrece a acompañarme, andando, hasta el templo. Me cuenta de Chengdu, de sus alumnos internacionales, de una colega española profesora de física. “Bueno, yo no conozco ese templo, no me interesan esas religiones, pero mi mujer, es que le encantan las antiguallas, lo ha visitado varias veces y lo encuentra muy interesante.” ¡Suerte!
Yo prefiero la calle peatonal, JINLI, antigua calle comercial donde uno, sobre todo por la noche, se puede divertir de lo lindo: restaurantes, casas de té, chiringuitos sofisticados, tabernas a la antigua, tiendas, karaoke… lo que quieras imaginar…es que los jóvenes chinos tienen mucha marcha.
Me deja a la puerta de las taquillas. Mira, por allí a la derecha se entra en el barrio tibetano, WOHOUCI. Es otro mundo, una pequeña LHASA.
Este WOHOU TEMPLE no es que sea un adoratorio de uno de los dioses chinos, es más bien un “memorial” en honor de dos grandiosos personajes del siglo III, la época de LOS TRES REINOS y las batallas sangrientas.

 LIU BEI, personaje fascinante que de vender zapatos y esteras de paja por las calles, pasó a ser rey de SHU, REINO DEL OESTE, la actual SICHUAN, haciendo valer sus ascendientes dinásticos y rodeándose de grandes generales y administradores. LIU BEI, que según la popular obra del  siglo XIV, EL ROMANCE DE LOS TRES REINOS, es el gobernante justo, idealista, valiente, sincero, seguidor de Confucio, en contraposición a su mayor enemigo CAO CAO del reino de WU (nieto del primero y único emperador EUNUCO CAO TENG), vivo retrato de la traición, crueldad, ambición sin límites…el villano.
Una película https://youtu.be/4l-yByZpaaM  y un videojuego https://youtu.be/jQX6qBiCu9E han hecho famosa esta historia cruenta.
Pero no todos los investigadores están de acuerdo con El Romance. Para algunos Cao Cao sería un gran estratega, gobernante pragmático y visionario, poeta ilustrado. Hasta tuvo la gran idea de poner a trabajar en la agricultura a su gigantesco ejército en tiempos de paz para recabar provisiones.
Y pienso…el hambre se acabaría en el mundo si hicieran doblar el lomo a los ejércitos de todos los países, con sus jefecitos y jefazos… En vez de darles armas, pico y pala; en vez de pasearse en carros de combate, carretillas y tractores. Y así suma y sigue. ¡Nadie querría dedicarsu vida al servicio de las patrias!
¡Ah, los sueños!
Tras todas esta guerras, murió Liu Bei en batalla y su cuerpo fue, según la leyenda, transportado por el rio YANGTZE, 600 km y en verano, hasta CHENGDU, donde lo enterraron. Sus detractores apelan al sentido común y abogan por un enterramiento cerca de Fengjie.
Sea como sea, su tumba, su magnífica estatua dorada junto a la de su nieto y generales, junto al invencible ZHUGE LIANG, atraen miles de entusiastas de mitos.
¿Sería yo una de ellos? Sin duda.



Este jardín de BONSAIS inimaginables me atrapa hasta mediodía. Son bellos, me digo, originales, sí, sin embargo puedo sentir el sufrimiento de sus troncos retorcidos, de sus ramas amputadas, de la rocas clavadas en su corazón, de sus raíces de arboles poderosos encerradas en minúsculos recipientes de belleza incontestable.
Decido liberar a mi bonsái cuando vuelva a casa. Prometido, amigos.



Salgo del templo. La supuesta y tan cacareada calle JINLI ANTIGUA (siglo III ac) restaurada (dicen) desde 2004, es un “decorado” fastuoso de medio kilometro con todos los aditamentos para encandilar a los turistas foráneos (que son pocos) y  hacer soñar y abrir la bolsa a los nuevos ricos chinos que son legión.





Escapo de la Jinli y entro en el TIBETAN QUARTERS. Parece que es “la segunda ciudad tibetana después de Lhasa: 300 000 habitantes”. Tiendas y mas tiendas de impresionantes estatuas de toda clase de BUDAS Y LAMAS, objetos rituales, joyas suntuosas de coral y turquesa (real, juran), inciensos…
Los lamas rojos y naranja, playeras último modelo, bien lustrosos, se pasean impasibles en esta tarde de sirimiri pegajoso. Van apareciendo mujeres que montan sus puestos de artesanía en las aceras. Vendedores de yogurt y carne seca. Algunos mendigos y estropeados reclaman su parte desde su reino de las aceras. Grupos de jóvenes tibetanos a la última ya han empezado el jolgorio del sábado. No hay que olvidar que  Chengdu es la sede de una de las grandes UNIVERSIDADES PARA MINORIAS ETNICAS, 56 en toda la China Han, con más de 1000 estudiantes tibetanos.
¿Cómo mendigos por las calles? Me explican que eso forma parte de la “cultura tibetana”, de la “caridad” y que el gobierno lo respeta, allí en el WOHOUCI sólo, claro.
Me deleito con las estatuas ante la mirada enemiga de los mercaderes. Me recuerdan los lamas-mercaderes de mi Ladhak de hace 30 años. “Compra o fuera de aquí.”
Cada vez hay más jóvenes que vienen a Chengdu en busca de trabajo, de oportunidades de comercio, de estudios, sobre todo en los duros inviernos tibetanos. Hay jóvenes, chicas y chicos cantantes, que arrastran sus sueños en los bares-karaoke y en los clubs nocturnos de la ciudad, alojados en los altillos, con un salario de miseria que los KHATAS (pañuelos de seda, de 100 a 500 yuans, regalados por sus clientes) adecentan, hasta que llega la fama. JIESILIN, YANG JIN MA se llevan la palma, dicen.





Y estos, son apenas una muestra de la floreciente industria Han del jolgorio. 

Como por ejemplo...

De los más sofisticados a partir de 300 yuans, al más barato por 30. Dividan entre cinco.
Puesto que ya se me paso el arroz y hasta el bacalao al pil pil, me dispongo a buscar un metro con la ayuda de tres jovenzuelos, susodichos estudiantes que dicen ir en esa dirección. Hablamos, cuentan sus inquietudes, sus miserias, sus proyectos y así, con una extraña sensación de embolamiento y pretendidos atajos llegamos, al fin, a la boca del metro.
¡Gracias, amigos! 

FOTOS: Cortesía de GOOGLE