Hacía años que
seguía la pista de “lo chino”… que si “sonar a chino”, que “trabajar
como un chino”, que si “barrio chino de Barcelona”, que si “sudar tinta china”,
que si “estar chinado”, que si “tortura china”, “a lo chino”, “papel de china”
y, más recientemente “chinorri/chinaco”, “fumar un chino” y hasta “dárselo al
chino del ordenador”.
Así es que
“naranjas de la China”, nada de Cochinchina que dirían los franceses
napoleónicos. Solo tú, China, que para eso no dejan de mentarte por aquí cada día
y hasta tuvimos el honor de convivir con un sabio chino experto en religiones,
que para mi desgracia volvió a Beijing en los años 60.
“Lo chino”, lo
exótico, lo lejano, con todo lo que eso implica de desconocimiento y de
ignorancia sobre todo, al que se puede achacar cualquier cosa, pues nadie podrá
negarlo con fundamento.
Decido entrar por Beijing y ver con mis ojos.
Primera experiencia: Control policial y aduanero exprés,
contra todo pronóstico; cambio no
abusivo en el aeropuerto y facilidad para comprar un SIM chino para mi
teléfono, caso de tener que llamar al youth hostel de mis amores, que una nunca
sabe…
Ayyay! Esto sí que “me suena a chino”, de verdad. No hay
forma de entenderse con el empleado del metro para comprar una tarjeta de
transporte y cargarla con 50 yuans ( que yuanes no me gusta). Finalmente, un
jovencito se compadece y me señala una pegatina, en inglés, del modus operandi:
precio de la tarjeta (reembolsable), carga y precio del tren del aeropuerto al
centro y metro ordinario…
El empleado tenía razón, 50 yuans no será suficiente esta
primera vez. ¡Burra desconfiada!
Ahora la flamante línea 8 para mi hostel con un cambio
mortuorio despeñándome por las escaleras (luego descubriría el ascensor
salvaseniors) y salida a la noche en
esta zona residencial y desierta. Esta vez el ángel es una mujer que parece
conocer el recoveco donde se sitúa mi cama.
¡Paga paga paga ahora cash! Es lo único que aprendió esta
sílfide con maneras de dragón. ¡Tarjeta noooo! Repite cual disco rayado.
"Naranjas de la China". Entonces, mañana y le dejo en depósito-garantía los 100 dólares que había de
cambiar para no dar con mis huesos en la calle. Muerta, muda, por fin, ella con
el verde.
Y más muerta, de muerte súbita me quedo yo cuando
descubro que todo lo que promete la plataforma (no china) y sus fotos, no
guarda ningún parecido con la realidad. ¿Sería aquello antes de la revolución
cultural?
¡Vaaale! E intento aplacarla con la manita saltarina al estilo indio. Volveré. Con que no puedo coger agua con la botella de plástico…volveré con un vaso, con una jarra. ¿OK?
Y enfilo el pasillo, las ruedas enloquecidas de tanta
escalera se niegan a seguir adelante y mi espalda me manda punzantes mensajes
de huelga inminente.
Debe ser por la mañana cuando abro los ojos al compas de
un himno coreado por cientos de voces infantiles a voz en cuello. Luego sabría
que el paredón que cerraba el minúsculo patio correspondía a una escuela pública
y que cada mañanita tendría el honor de despertarme “al alba” con sus compases
patrióticos.
¿Vasos? Visita a la sílfide-dragón trasmutada en
jovencito marchoso por aquello de la noche y sus peligros. Procedo a la
operación desayuno continental, por el momento, de entre mis provisiones, que
aquí la cafetería, el salón, zonas comunes digamos han desaparecido como por
encanto.
Cuando salgo mi
amiga ya ha vuelto de los brazos de Morfeo con sonrisa dolarificada y armada de
un teléfono con la app de traducción para entendernos. ¿Sera el poder mágico de
los dólares gringos? Tras duras batallas con el “chino del ordenador”(en este
caso real), consigo enterarme del camino al banco más cercano, no ATM (cajero
para entendernos).
Es pronto por la mañana, acaban de abrir, es un nuevo
banco “privado”, los empleados están dispuestos en dos filas en la puerta
saludando con reverencia a su primer cliente: yooooooooooo
Ahora viene el ceremonial que habría de endilgar cada vez
que apareciera por el Bank of China: formularios por doquier, foto en
ventanilla, revisión de los papeles, mas revisión por experto, control del
billete manual y maquinal (¡), firma y recuento de yuans (no me gusta “yuanes”).
Todo con cara de palo, que para eso son funcionarios de la revolución.
Decido no volver al hostel y hacerle sufrir un poco a la
sílfide-dragón, con la esperanza de que no me saque las cosas a la calle.
Sera hoy día de
“aclimatación”, de ver por donde sopla el viento en la Oficina de Turismo de
Beijing, en la plaza Tianmen,
que allí, al menos, un empleado debonair habla inglés. ¡Y tanto! Con su labia
consigue venderme un tour a la Gran Muralla en Mutianyu, todo incluido…a mí que
tengo alergia a los grupos.
Pienso que fue el efecto del himno patrio mañanero y la
profusión de banderas y sloganes “morales” en las paredes de la agencia. “Te
engañaron como a un chino”. Eso fue lo que pensé a la vuelta riéndome a
carcajadas ante los ojos atónitos de nuestra bien letrada guía oficial que bien
pareciera que se había tragado un cronometro.
MUTIANYU. De
mañanita, a la hora 6h40’, bus perfecto, ya la guía había puesto el disco en
marcha, no pararía de hablar en todo el viaje.
Pero, ¡venga! Luego lo cuento, que esto se hace muy
largo. Que yo…con las palabras…me embalo.
FOTOS: Cortesia de GOOGLE
FOTOS: Cortesia de GOOGLE
Holaaaaa! Bueno, pues aqui estoy de nuevo con mis historias, esta vez de la CHINA que no la CONCHINCHINA.Jajaja!
ResponderEliminarHa sido una experiencia indescriptible, se rompieron todos los prejuicios, se me agilizo la imaginacion y fortaleci mi voluntad hasta cotas inimaginables...
Siiii! Me dicen los visitante amigos que la India es otro planeta, que hay que llegar con buena disposicion de animo...
La China,es otro planeta, pero sin ingles, limpio (lo pongo primero comparando), organizado,con una infraestructura que facilita la vida de las masas TAMBIEN, con una cultura vibrante que quieren a toda costa recuperar y desarrollar... con unos jovenes que miran hacia delante y avanzan sin miedo.
Volvere, con un poco de mandarin. Me lo prometo.
Saludos
Bueno, parece que la cosa no ha sido tan complicada como la pintas en lo que cuentas más arriba.
EliminarHola, Trans! Es que depende del momento en que me rechinice...
EliminarAhora, tranquilamente, mas o menos, sentada frente a mi ordenador indio, globalmente, todo me parece menos dramatico. Hasta me rio de mis rabias, miedos y desconfianzas, de mi desesperacion buscando el gesto que podria ponerme en contacto con los impenetrables (siempre la gente "mayor", quizas adoctrinados contra lo foraneo).
Es que a mi lo desconocido primero me angustia,seguidito me paraliza e inmediatamente se me encienden todas las luces y empiezo a buscar mi sendero.
Lo que contaba "mas arriba" es una de las tantas situaciones "igoaangustiantes" de esta China.
Saludos y gracias por venir.
Se te olvidó lo de "a la mierda el chino".
ResponderEliminarEspero con impaciencia que siga el relato.
Es que yo ese dicho no lo sabía, me lo apunto.
EliminarEs nuevo o "clásico"?
Es la última estrofa de un brindis que hacían mis amigos en el cumpleaños de cualquiera de nosotros. De esos amigos ya faltan más de la mitad y el brindis se dejó de cantar.
EliminarUn abrazo.
Así que el motivo de tu ausencia era este viaje por China? Esta primera toma de contacto promete. Supongo que la foto del metro la has hecho tú pero parece, tan nuevo y tan reluciente, sacada de una postal o de una propaganda china y también parece muy extraño no ver ni a un "paisano" en el andén. Bueno Igoa, ya nos vas contando!
ResponderEliminarHola, Emilio!!!!!!!!
EliminarYa de vacaciones? Por tu tierra? Acabo de ver una ruta en Granada ciudad visitando varios monumentos ademas de la Alhambra. Te he dicho alguna vez que aqui cerca hay un fuerte en ruinas que llaman Al Hambra, el fuerteRojo? Dicen...
Con mucha tecnica me supones tu, cos de la amistad sera. Yo la fotos que hago son memorables por las transformaciones de lo real.
Era una foto de Internet, pero el metro es asi como lo pintan. Esa linea 8 es fulgurante.
Y, dependiendo de las horas, puede no haber nadie o una masa apachurrante.
Un abrazo
Bienvenida!!. Luego, con tranquilidad, te leo.
ResponderEliminar¿Te escuecen las críticas?. No creo.
Besos
Encima...chanza
ResponderEliminarPero me resarciare, siiiiii
Besos
Bueno, bueno, por fin puedo leer tranquilo tu entrada sobre la China (pa'los chinos). Tratar con ellos, sin pedorrear ¡perdón!, es un verdadero suplicio. Yo recuerdo, y no perdono.
ResponderEliminarEn todo caso, esto lo considero un 'aperitivo'. Ya veremos por dónde transita tu cuerpo y espíritu. Este último, muy importante. ¿Y te lamentas que 'el chino' se fuera allá por los 60?. Hace mucho, no?.
Besooosssss!!.
Es que era un "sabio", un hombre "bueno" a lo machadiano.
ResponderEliminarya veo con gozo que te estas divirtiendo de lo lindo en las modernidades franchutes de Canada...
Besos,y, agua de Carabana si queda por ahi