SHANGHAI, LA MAS TEMIDA

Amy Tan, mi "maestra" de Shanghai

Amy Tan

Mi "superhostel, la entradita ya promete, aunque ya no esta el verdulero

YUYU GARDEN

JADE ROCK, con 72 orificios magicos

YUYU BAZAR en sabado

El ganster descansando de sus "trabajos"

EL JEFE SUPREMO de la Triada

 Esta a la antigua...

https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=PQfsgzGRIdo
Y siguen...

El dragon protector del YUYU GARDEN vigila desde lo alto del muro

Busco busco desesperadamente...

Finalmente un vuelo low cost de noche es hoy más barato que el tren de ZHANGJIAJIE A SHANGHAI. El del tupé me lleva en su coche/taxi al aeropuerto. Espero. Me hago un café de mis provisiones en un vaso de la fuentecilla del agua caliente salvavidas. ¡Qué maravillosa idea la de estos chinos!

Llegamos  a las dos de la mañana a un aeropuerto gigantesco, la gente desaparece como por encanto y me pierdo y aparezco en el tercer piso asediada por dos tipos de mirada aviesa y sonrisa felina babosa. “Taxi, Taxi”…

Ni caso, vuelta, pena la de vuestra madre… Le doy al ascensor hasta el down floor y encuentro la puerta de los taxis de verdad  garantizados por el gobierno.  

Le enseno el teléfono al taxista: OLD WEST GATE YOUTH HOSTEL, 115 Penglai Rd., HUANGPU, acompañado de la voz del traductor. ¿Se diría que  ha entendido? Tras casi una hora por una autopista desierta, entra en lo que parece la ciudad vieja, frenazo, me mira y se para sin decir nada. Por la ventanilla veo el rotulo mortecino de este hostel tan recomendado por la “no calidad precio”, bien situado, uno de los primeros de China… Bien se ve. Pienso. ¡Chapeau a este taxista!

En tinieblas aquí dentro.  Uno despatarrado en un sofá despellejado de la belle epoque con el telefonito de las tres de la mañana. El manager nocturno, un jovenzuelo relamido, me ladra en chinenglish que no tengo reserva… La fecha está bien, pero no son las 12 del mediodía. ¿Está claro? Finalmente me permite graciosamente instalarme unas horas en el dormitorio de mujeres. Al fondo del pasillo, una especie de almacén de literas de tufo animal reconcentrado. ¡Cierra la puerta!  Me susurra a  gritos la de abajo. Y por donde entro asquerosa de mierda que mejor harías en darte un fregado y espolvorearte de DDT #@^&*+...

¡Ahora veras! Me quito las botas y con todo y anorack me encaramo meneando bien los barrotes hasta mi litera encima de la sargenta. Mas meneo, salto para quitarme el anorack, crac, crac, crac. ¡Qué sofoco con tanta gimnasia para sacarme el pantalón y los calcetines! Ya está bien, que hasta vértigo me da, así es que decido relajarme y dormir un poco en esta especie de cuadra de homínidos.

Abro un ojo. Debe ser tarde. La sargenta ya está en acción distribuyendo sus pertenencias por todos los barrotes de su litera. Bajo y de paso le pateo lo que parece ser su toalla pringosa me calzo empuño mi maleta cargo mi mochila y me despido con un portazo de buena mañana.

Una jovencita marchosa ha sustituido al relamido. Me da las instrucciones (como si fuera el Palacio Nacional) y las sabanas y toallas. Me recuerda la primera vez que fui a New York, a un  Youth Hostel tenebroso que acogía a los sintecho (casi todos negros) de madrugada.

A la luz del día aun se ve todo mas leproso, planchas metálicas (¡) en el pasillo, mas sofás reventados, gatos por doquier de mirada desdeñosa, escalera tapizada de comentarios y dibujitos de toda calaña… Hasta aquí nada más que lo esperado, aunque con la sorpresa de un ficus gigante que atraviesa el tejado de cristal del patio,  se expande por la terraza al encuentro del sol amigo.

Habitación renovada con sintasol y paredes repintadas, baño utilizable que rascaré convenientemente para los cuatro días que me acomodaré a la sombra de mi amigo el Ficus. Te saludo por la ventana al amanecer, te acaricio por la tarde cuando recojo mi ropa soleada tras el descubrimiento de la puerta “secreta” de la terraza y aventuro mis huesos por las frágiles planchas de madera que alguien ha distribuido estratégicamente por encima del techo de cristal.

Hoy sábado, el YUYU GARDEN, el jardín YUYUAN, de LA FELICIDAD.

Salgo a la calle que resulta ser una estrecha transversal de la PENGLAI ROAD de casas bajitas con tienduchas en la entrada: verduras, peces en bañera, carnes irreconocibles, frutas… la hija de la tienda de ultramarinos rulos en ristre me lleva a la que parece ser del distribuidor de leche en polvo y yogur que será mi destino vespertino.

“Salaam Aleikum” (Que la paz sea contigo), le saludo al panadero musulmán que hace las tortas en el horno al lado del hostel. Me mira  de reojo pero no me responde. Es un hombre de mediana edad que me recuerda a los kashmiris de la India, impoluto en su kurta blanca no para de cocer y mas amasar para la cola de clientes que se afanan por comprar sus gustosas tortas ESPOLVOREADAS DE SESAMO calentitas.

Su ojo de águila no permite que nadie se me cuele, así es que ahora le saludo con una leve inclinación de cabeza, nada de salam aleikun por si acaso.

Bien repuesto mi “almacén” para mi estancia, me dispongo a llegar hasta el jardín YUYU andando, que yo el autobús que me recomienda la miss no lo entiendo.  “Penglai Road hasta el paso elevado de peatones con ascensor incluido, la Henan Road y bajar por la vieja calle Fuyou de las artesanías tibetanas”. ¡Vaaaale!

El YUYUAN, este clásico jardín de 1368 de la Dinastía Ming, dicen que fue diseñado por un oficial del gobierno para  solaz de sus padres en la vejez. Pequeña joya exquisita consta de todos los elementos para reposar el cuerpo y elevar el espíritu: una rocalla de 14 m de alto; CUIXIN HALL, tranquilo salón rodeado de arboles; SANSUI HALL, para huéspedes y ceremonias; WANHUA CHAMBER, para el dueño con un delicado claustro y un árbol ginkgo de 21 m.

La ROCA DE JADE DE 3,3 m puede expulsar el agua vertida en su cabeza por los 72 agujeros y hacer montar el humo del incienso por sus entrañas y exhalarlo por los 72 orificios. Milagro al cual no asistí con harta pena, con lo que me gustan a mí esos prodigios.

Aquí, como siempre, hay que remar a contracorriente de las hordas engrosadas por primera vez en este periplo por bastantes familias con niños, “blancos expatriados”, me dicen.

El sol se esconde tras el muro del DRAGON, es la hora de salir que quiero recorrer el YUYU BAZAR antes de la noche prieta, hoy profusamente iluminado. Unas cuantas manzanas de edificios  a la antigua de uno o dos pisos alrededor de una plaza. Artesanía, ropa, restaurantes, joyerías, cafés, chiringuitos de toda suerte se pelean por atraer a los clientes con un despliegue de imaginación increíble. Grupos de jóvenes, hombres y mujeres vestidos a la moda imperial se pasean por las callejuelas para delicia de los cazadores de selfis. Son muy amables y pacientes y en el segundo piso del gran bazar, ya rescatados de las hordas, me permiten sentarme a su mesa y sacar fotos de sus suntuosos ropajes y joyas.

Me dicen que ahora en SHANGHAI ya no operan las TRIAD SOCIETIES , las mafias que aterrorizan en las novelas de AMY TAN, las 

https://es.wikipedia.org/wiki/Tr%C3%ADada_(organizaci%C3%B3n_criminal) 

de antaño, la GREEN GANG que tantos “negocios” montaba con chinos y extranjeros de las CONCESIONES… que puedo volver a mi casa tranquilamente andando.

Pues en marcha.

FOTOS: Cortesía de GOOGLE