"Estos puentes colgantes del volcán Arenal son bien chiquitos, nada en
comparación con los de Santa Elena, tiene que ir allá".
Insiste mi caballero Lazarillesco mientras me pone el mini video del Parque Selvatura. “Y ya ve, se lo
aconsejo sin ningún provecho, yo no puedo vender los boletos...”Pero sí vendía
el "transfer" a Santa Elena a través de la laguna.
Ya me decía yo...en algún sitio estaba el
misterio. Lo compro.
Una buseta nos lleva hasta Rio Chiquito y nos deja a la orilla de la laguna
en donde atracara nuestro barco para pasar al otro lado y subir en otro minibús
hasta Santa Elena.
Las tres horas de navegación nos descubren las
caras ocultas del ARENAL, su cráter
más activo, y el CERRO CHATO, tan
inocente e idílico desde el agua, envueltos en girones de nubes etéreas que
vuelan, los enlazan, los coronan y los ocultan a nuestros ávidos ojos en esta
mañana plomiza de lluvias torrenciales.
No se ve ninguna actividad deportiva en la
laguna, ni pájaros, ni pescadores, sólo las lanchas turísticas surcan sus aguas
negras.
Arribamos a la otra orilla y nuestras compañeras
de viaje se despiertan y empiezan a remover sus mochilones, buscan su buseta y
se preparan para continuar el sueño en la hora y media del trayecto. ¡Piedras y
más piedras! Y curvas cerradas y prados y ganados: la NATURALEZA DOMESTICADA
nos da la bienvenida. Me recuerda la montaña santanderina. Me duermo con una
extraña sensación de familiaridad al ritmo de los trompicazos de nuestra
buseta.
Por fin llegamos a una especie de pueblo de montaña indio con todo lleno de
gringuitos afanados de un lado para otro. ¡Gran desilusión! Una pseudo plaza,
una carretera polvorienta y empinada para llegar a cabañas Eddy y pelea por la reserva, de malos modos. Habitaciones minúsculas pero las
zonas comunes amplias y bien pensadas para sus clientes preferenciales
(USA USA
USA). Las vistas desde la cocina-comedor-salón compensan las malas
vibraciones del manager, el valle se extiende a perdida de vista y dicen, que
en días claros, se puede hasta vislumbrar el mar de Puntarenas.
Tengo que buscar otro alojamiento. Pregunto,
miro…caros y destartalados pretenciosos. Sólo Cabinas El Pueblo podría
convenirme pero esta completo. Sin embargo, su manager-dueño, D. Félix diré,
hombre cabal donde los haya, me sugiere la Guest House de su sobrino camino a
Monteverde y en el colmo de su amabilidad le llama por teléfono y viene a
buscarnos.
Cabinas Mary seria mi refugio en Santa Elena, fuera del hoyo gris hotelero.
Gente sencilla y agradable que hacen sus primeros
pinitos en la hostelería después de haber trabajado más de 10 años (la madre)
de cocinera en uno de los mejores hoteles de la zona. Ademas, mi vecinita un amor.
D. Félix viene a ver si todo ha ido bien y charlamos un buen rato de la
“historia”de Monteverde, cuando sólo la Lechería daba de comer a las pocas
familias que vivían en la zona. Eran los CUAQUEROS, refugiados de USA cuando la
guerra de Vietnam, que vinieron a instalarse en la Costa Rica pacifista.
Félix no se hace de rogar:
“Se
hicieron famosos por sus quesos maduros, muy trabajadores ellos, muy
emprendedores. Nosostros empezamos también a criar ganado para leche y todo
funcionó bien por algún tiempo.
Pero llegó el dia en que la mala administración (supertécnica contratada
para “ayudarnos”) lo desbarató todo y nos vimos en la pura calle. Yo, capataz,
tuve suerte y con el dinero de la liquidación puse mi hotel que nos ha salvado
la vida. La empresa la vendieron a los mexicanos, a la multinacional SIGMA
ALIMENTOS en 2013, todo productos refrigerados. Comercializan “nuestras” marcas,
apreciadas en todo el país”.
Al día siguiente salimos de mañana a SELVATURA
que todos recomendaban como los mejores PUENTES COLGANTES por encima de del
bosque lluvioso “ primitivo” de MONTEVERDE. Tres kilómetros de recorrido a una
altura de entre 12 y 60 metros por puentes anchos y fuertes, que pueden
aguantar hasta 80 personas.
GRACIAS A LA TEMPORADA BAJA, a la lluvia
benefactora, casi no había gente en los puentes, solo me crucé con un grupo de
jubilados norteamericanos que escapaban a toda marcha de los goterones.
Brillaban las copas de los arboles bajo la caricia
de algún rayo de sol osado que acuchillaba la niebla colgada de las ramas
bajas. Se oía el canto lejano de los pájaros escondidos en sus refugios y, de
repente, alguien gritó: “Allí enfrente..
abajo…un QUETZALLLLLLLLLL. Pero la suerte no me sonrió y sólo pude
vislumbrar una mancha rojiazul lanzada en picado por entre los ramajes. Tres
horas en comunión con la NATURALEZA. Había cumplido uno de mis sueños más
acariciados desde que un investigador del Institut Francais me contó como
trabajaban por encima de la copa de los arboles en la Guayana Francesa.
Por la tarde quería ir andando hasta CERRO PLANO para ver dos tiendas de
artesanía: Luna Azul y Art House, especializada en mascaras BORUCA Y MALEKU que
había visto decorando un hotel.
Se desató un diluvio imponente ya llegando a Luna Azul y tengo que darle las
gracias desde aquí a la joven encargada que me acogió, me contó tantas
anécdotas interesantes y hasta tomamos el té juntas. Estudiante de enfermería,
graciosa, de gusto exquisito y claros planes para el futuro: aconsejar a las
mujeres de la zona en alimentación, cuidado de los niños y parto natural en el
hogar…
En un claro salgo pitando por la carretera
pedregosa hasta la Art House. Un
diminuto “bosque lluvioso”, un GAZEBO DE MADERA PALPITANTE, una colección de
pinturas extraordinaria de artistas locales(Selena Avendano, Rodolfo Uder, Julio Vargas …) y mascaras, mascaras
de una imaginación desbordante: un cantico al color, a la suavidad de las
formas, a las leyendas, a los dioses, a los diablos, a los animales protectores
MALEKUS y BORUCAS. LAPAS rojas para
la fidelidad; BUHO como guía de los viajes nocturnos; JAGUAR, para la audacia o
la inteligencia; SERPIENTE DE CORAL, el poder, sólo para los chamanes y
MARIPOSA, para la buena suerte y la paz.
Ligeras, en madera de bambú, de BALSA ( Ochroma Pyramidale) que es
también muy utilizada en marquetería.
Vuelve a llover a cantaros cuando llego a la Escuela de Amigos de Monteverde,
cerquita a LA LECHERIA. Una mujeruca me informa del bus local, el barato. El
otro es más elegante y más rápido. Yo no tengo prisa y al cuarto de hora me
encaramo en el bus, como dice ella, repleto de estudiantes de alguna escuela de
Monteverde. Las escuelas privadas son muy caras pero buenas…para los ricos añade
con una sonrisa de conmiseración.
Al día siguiente saldría en el primer autobús a PUNTARENAS por Lagartos y de allí, por
la Costanera, a QUEPOS Y MANUEL ANTONIO.
La espera, frente al mar y a la sombrita de los almendros del nuevo paseo marítimo
Puntarenas incendiado por un sol rabioso, me devuelve al mundo de los sueños.
PUNTARENAS, la otrora “perla del Atlántico”, hace tiempo
que perdió sus encantos.
FOTOS: Cortesía de GOOGLE
Bueno, pues aqui estoy de nuevo con el "boton enderezado", que esto es la mio, Sr. Tigre.
ResponderEliminarMerecio la pena llegar a Santa Elena. Si.
Saludos
Siempre nos sorprendes con tus reportajes...
ResponderEliminarGracias
Sí, sin lugar a dudas, mereció la pena. Bosques, puentes y cuáqueros, una mezcla inigualable de esas que se encuentran por el mundo.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Te hubiera gustado y, seguro, habrias sacados unas fotos inigualables, habrias captado el alma de los jirones de niebla colgando delicadamente de las ramas de los arboles...
ResponderEliminarSaludos
Muchas veces, Igoa, una frase de una conversación a la que a lo mejor en principio no prestaste demasiado interés puede ser la que, al cabo de meses o años pone en marcha un proyecto, un viaje. tal vez un sueño de comunión con la naturaleza, que siempre agradecerás a tu buen investigador del Institut francais.
ResponderEliminarBesos: Emilio
Asi es, amigo Emilio. Aqui ando sonando todavia.
EliminarAhora estoy preparandome para LOS PAISES BAJOS, QUE PARECE QUE ODIAN EL RECUERDO IMPERIAL..Esa sera la puerta. Luego, si Ganesh me lo permite, Jajaja!, Canada de mis amores, que ya llevo meses de infierno por aqui con eso del cambio climatico.
Un abrazo