viernes, 23 de octubre de 2015

DEL CEMENTERIO DE TRENES A LA ISLA INKAWASI EN EL SALAR DE UYUNI








¡Mal empezamos! Uno a uno van saliendo los vehículos de los “cerveceros” bien alineados como en sentina…de buque negrero, medio dormidos, pelos en batalla y bolsones preñados.
Los nuestros, ni noticia. La avenida Ferroviaria desierta. Una hora a pie de acera;  Fátima ha desaparecido y empezamos a elaborar toda una serie de conjeturas “timoturista” de las que corren por el pueblo.
Buscándola por la agencias, finalmente aparece con el tal Alfredo, chofer-manager de la expedición con sus dos vehículos. Cargamos y empezamos viaje. Los brasileiros parecen de buen humor, ellos ya han pasado por otras de la serie desde que salieron del Sertao.
EL
CEMENTERIO DE TRENES, reliquia de la fiebre de la plata, se perfila en la blancura de la mañana coronados sus vagones de mujeres en poses “feisbukistas” regalo a sus fieles seguidores. Nuestro Alfredo no tiene ganas de charletas y se queda con sus amigos a la zaga. Y yo, tranquilamente despanzurrada en el asiento trasero disfrutando del silencio.
Salimos hacia COLCHANI, pequeño pueblo indígena en el norte de El SALAR dedicado a la producción de sal yodada. Cortan bloques, los muelen, los purifican en hornos de TOLA, añaden yodo para el consumo humano y, mujeres y niños (los fines de semana) la embolsan. Antes la transportaban a lomo de llama hasta el sur, a Tarija, para trocarla contra alimentos y textiles.
Hoy, organizados en la COOPERATIVA  “ROSARIO LIMITADA”, poseen su propio camión y la venden en Sucre, en Potosí… y hasta la exportan a Brasil, dicen. Sin embargo, siguen trabajando con una tecnología rudimentaria, ya que la inversión necesaria es muy elevada para el precio de la sal. 
Así, aunque producen 2 toneladas de sal diarias, apenas reciben un jornal que les permita vivir dignamente, trabajando toda la familia.
En Colchani otras familias se dedican a la fabricación y venta de artesanía de sal. Es un trabajo laborioso cortar los bloques, machacarlos, disolverlos, preparar los moldes y después de tres meses de secado pulirlos y pintarlos. Todo eso por 5, 10 o 20 bolivianos que los turistas extranjeros pagan gustosos.

El MUSEO de sal reúne piezas interesantes en lo que fuera el HOTEL DE SAL PLAYA BLANCA, declarado ilegal por la justicia a causa de sus alcantarillas “subterreno”que contaminaban las aguas del SALAR. Parece ser que ahora han tomado medidas “ecológicas”, y que los detritus y aguas menores y mayores las llevan a Uyuni para su tratamiento…
Nuestro Alfredo prepara la comida al aire libre, al relumbre de la sal. Hoy un kilo menos y unos cientos de “viruses” muertos con la inestimable ayuda de la Coca-Cola. Salimos hacia INKAWASI.






Es media tarde. Un mar níveo con reflejos dorados. El sol nos hace guiños entre los cactus gigantes (Tricocereus Pascana), venerables, igualitos a los de Atacama. Enhiestos, barbas agrestes, vigilantes, a la espera de esos extraterrestres que dicen aparecer aquí arropados por las sombras.
Unas mujeres indígenas se encargan de controlar las entradas a la isla y el baño que han tenido la buena idea de construir a la salida del camino de ronda, aunque, por aquello de la praxis, debieran haberlo anunciado al inicio para evitar tentaciones pecaminosas.

(Menos mal que no había esta tropa.
!Ventajas del invierno! Gracias diosito!!!!)
¡Y parecía inocente la INKAWASI! La cosa es que en cuanto le da uno a los repechitos empieza a sacar la lengua como perro acalorado. Es que… los casi 4000 metros no perdonan. Caminito lindo entre el roquedal cobrizo de la cabeza del antiguo volcán sumergido en gigantesco lago prehistórico hace unos 40 000 años. Hasta podemos palpar la frágil estructura pseudo coralina incrustada con depósitos de fósiles y algas. Desde lo alto, en una vista de 360 grados, el SALAR DE UYUNI se nos manifiesta en todo su esplendor al caer la tarde. El sol se va durmiendo arrastrando su capa rosada (HOMENAJE a Lorca) y su amante Violeta se insinúa en el horizonte…
¡Es hora de partir! Vocea Alfredo. Aquí anochece de golpe y tardaremos en llegar a dormir al hotel de sal.

Pero no este de abajo, Palacio de sal.



No es el nuestro el lujoso PALACIO DE SAL ni el semi lujoso LUNA SALADA .que te rascan el bolsillo en carne viva. El nuestro es un sencillo HOTEL DE SAL en medio de la nada,  arropado por las tinieblas.


Sal los muros, sal el suelo, sal los techos y de sal la cama, las mesas y los asientos. Blanco herido del rojo sangre de las borlitas de las llamas. Chocolate y albero de los ponchos. Alfredo se mete en la cocina con las dueñas a preparar la sopa mientras nos inventamos en los cuartos cómo pasar la noche que se presenta peliaguda.
“? Mas mantas?” Me mira como espantada la indiecita. Le digo que en la India dormimos en los puros cueros y que aquí, por tanto, me parece que pernoctara en cámara frigorífica. Por si acaso coloco con  suma atención y técnica depurada mi saco de dormir, abierto, que yo no soy fan de los sarcófagos.
¡La cena, la cena! Y todos salimos de las habitaciones a la carrera. En la mesa de al lado un grupo de jóvenes y “jovenesas”judías-israelies están trincando botellas tras botella de vinito chileno, que sabe a gloria según dicen y calienta el corazón y otras vísceras internas menos espirituales.
Por la mañana, a oscuras, café carretera y manta, o más bien saco azul que me envuelve como sudario mientras el pobre 4 por 4 vuelve a la vida.
Ni imaginar podéis como fue el paseíto nocturno al WC, que eso ponía. Lucecita luciérnaga tísica en medio del blancor fantasmal, que no almidonado; menos todos los grados centígrados. ¡Qué aventura!
Y me preguntaba yo. ¿Dónde están los inventores de inventos prácticos y necesarios? ! Jajaja!
Y hablando de cosas más serias con unos y con otros sale a relucir el problema del OSCURECIMIENTO DEL SALAR, y la CRECIENTE CONTAMINACION.
¿OSCURECIMIENTO? Sí  La pérdida de ALBEDO a causa de la escasez de lluvias y nieve que hace que el polvo de la cercana labranza arrastrado por los fuertes vientos,  se quede en la superficie disuelto con la sal formando costra de rico color canela. 

¿Y qué es el ALBEDO? Pregunto, sonándome como cantico de mi adorado profesor de Latín  Sr. Mariner Bigorra, el que consiguió, con su entusiasmo, mi rendida admiración por la lengua de nuestro Séneca.
La respuesta del sabio: “Es la BLANCURA”. El cociente entre la radiación reflejada y la que incide en la superficie. Ej.: Si es el 100 % sería la nieve, un espejo. Pero el ALBEDO del SALAR DE UYUNI en 2010 era sólo de 43 %, lo que le da una tonalidad pardusca en ciertas áreas.”
Doy gracias a Eolo, soplando para otros pagos, por haber tenido el privilegio de admirar y fundirme con esa inmensa blancura cristalina.
Salimos para las LAGUNAS ALTIPLANICAS.

FOTOS: Cortesia de GOOGLE








14 comentarios:

  1. Una maravilla de sensaciones que sabes transmitir...

    Gracias

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  2. Toda una experiencia, tu hotelito, el trabajo tan mal pagado, la contaminacion...

    Un beso igoa

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    1. AURORA! Tu tendrias que asistir a la "aurora" en el Salar. Seguro que te inspiraba maravillosos versos que nos dejarian encandilados...
      Bah! Ya sabes que yo tengo mania de hurgar tras la apariencias idilicas, aunque las disfrute.
      Besos, amiga

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  3. Intentaré que no salga la 'B' de tu protesta. No obstante te pondré aquí lo que te contesté en mi ventana que, por supuesto, tampoco has leído:
    ......................................
    "Vamos a ver, mi 'maharaní Igoa'. Dentro de tu "Lista de blogs", en la columna de la derecha de tu blog, me tienes (por cierto, el último). Lo mismo que yo te tengo a tí en mi lista, y por ahí suelo ir. No me tienes que buscar en otros sitios, si no quieres, claro. Besossssssssssssssssssssss."
    ..................................
    Tu "ALBEDO", una maravilla. Lo digo por tus explicaciones y prosa que también desprenden 'blancura'. Y dicho sea de paso, es un sitio que tengo pendiente en mi mente viajera. Espero tener suerte con los turistas como tú. Otro beso.

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    1. Qu es eso de "por supuesto?" A ver, a ver! Que yo me leo todo detenidamente, y comento...no como algunos superocupados que revolotean como el picaflor. Jajaja! Con permiso.
      Es que eso del ALBEDO me fascino, que una es tancuriosa que no piensa morirse en tres vidas seguidas, al menos.
      Esos brasileiros fueron una bendicion, la verdad. Alegria hasta en los descalabros!

      Besos

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  4. Cuando hablas del frío te siento mas cerca porque me es insoportable, y desde luego nunca salgo sin mi saco de dormir de plumas. También siento la cercanía de los viajeros y gentes locales que completan tu viaje. Si siento no saber inglés es por no enrrollarme con todo guiri viviente que me encuentro por ahí.
    Y gracias por pasearnos con tanto salero reina.

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    1. El frio es mi enemigo n* uno! Y viajando de mochilera jubilata no se pueden acarrear tantos plumiferos, que una no esta supersuper y siempre espera confiada que los dioses le regales un poco de solcito a destiempo. Luego, claro, viene el crujir de dientes!
      El idioma es un "facilitador"extraordinario, es verdad. Todas la puertas se abren y mas, con una buena sonrisa a tiempo se descongela el mas iceberado.
      Besos, generoso

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  5. Parece que el salar inspira, te inspira, Te noto poética, científica, analítica, humorística y dramática. Un todo muy particular el tuyo para una incursión que, con albedo y sin albedo, tú llenas de la sal de tu propia versión de las cosas y la gentes.

    Gracias y saludos.

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    1. UUUUUUUUUYYYYYYYYYUUUUUUUUUUUYYYYYYYYYY!!!!!!!
      Eso se llama generosidad!
      El Salar me inspira, si, viene en mis suenos; vago por sus inmensidades minerales de la pata del CHURURU, el flamenco antiplanico, Jajaja!
      Los agoreros ya le dan casi por muerto. Pobre Salar Lipez, que no Uyuni como dicen recientemente.
      Me tapo las orejas y me fundo con volcanes y lagunas, acompanando a mis amigas las llamas por los bofedales.
      Un abrazo, no es para menos.

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  6. Me encanta tu "sencillo" tu Hotel de la Sal: Puedo entender lo de sal en los muros, etc., pero ¿sal en la cama? Nada más pensarlo me da "dentera".
    Ah! y me apunto al vino chileno!
    Un abrazo: Emilio

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  7. Ay, amigo Emilio! A mi lo que me dio dentera fue el suelo de SAL SUELTA, que parecia que estabas en una playa surrealista. La cama, con tantas frazadas, como ellos dicen, ni se notaba. Pero, a diferencia de los iglus, la sal me parece que transmite el frio polar del exterior, o a mi me lo parecia. Tengo que informarme, ahora que lo digo.
    El vinito no estaba nada mal, bueno...la verdad es que sonaba con un buen Ribera de Duero de 15000 grados.
    Besos

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    1. Aquí debería haber también un signo de ¡me gusta! yo lo aplicaría a "frazadas" que asocio, no sé por qué, con pelis en blanco y negro de Buñuel en su etapa mejicana y otras pelis de la época.
      Hasta pronto: Emilio

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  8. Es que yo no se de donde salio "frazada"'. Sin mas tardar voy a buscarlo, para no seguir en la ignorancia supina. Jajaja!
    Ah! Bunuel me apasiona. Like para El
    Un abrazo

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