De todos es conocido el KEUKENHOF GARDEN cerca de Delf en Holanda. Yo misma me quedé extasiada cuando en uno de mis viajes de retorno decidí
pasarme por Ámsterdam y entre canal y desmadre en la Gran Plaza escaparme un día
a contemplar la más grandiosa exposición de flores del mundo, o eso pensaba yo
transida de tanta belleza.
Yo ya sabía que el día seis de mayo sería el
último día de FLORALIA. Aterrizo en
el Gala, allí por la plaza du Jeu de Balle, me informo de los autobuses para
llegar a este pueblo del castillo
situado a 7 km de Bruselas, Dilbeek, y de mañanita salgo dispuesta a tulipanearme por
todo lo grande.
Hay que andar dos km antes de dar con la especie
de garita que vende las entradas: 10
Euros para los seniors y puede subir a la torre del homenaje, la vista es
esplendida, hasta el Atomiun se puede ver. Dice la jovenzuela muy en su papel
de guía.
Atravieso un puente de cinco arcos del s. XVII que da acceso a la entrada
fortificada del s. XV de este castillo renacentista. El ladrillo rojo contrasta
con la piedra blanca del encuadre de las ventanas y los tejados de pizarra. La pequeña
capilla se conserva intacta desde hace 300 años y hoy, con la profusión de
flores y su pequeño retablo dorado, parece sacada de un cuento de hadas.
Es un parque de 14 ha. con arboles majestuosos, un lago en una hondonada,
parterres y un invernadero de 1000 m2.
Bajo el patrocinio de numerosas compañías de floricultura belgas y
holandesas se han plantado, a mano, un MILLON de bulbos de primavera:
TULIPANES, NARCISOS Y JACINTOS, que florecidos, forman
unos tapices multicolores de una belleza indescriptible. Sumergida en ese
océano de colores y formas exóticas uno solo acierta a respirar y mantenerse en
vida para seguir gozando de este sublime regalo para los sentidos. ¿Qué importa
la lluvia? ¿Qué importa los ladridos del conductor del autobús? ¿Qué importa la
mirada aviesa de ese viejo consumido que parece escatimar sus palabras?
¡Luz, color, brillo, pétalos de seda…! 400
variedades de tulipanes haciéndonos guiños, seduciéndonos con su gracia alada.
Sigo el sendero de la izquierda y llego al invernadero de 1000 m2 de las
flores más exóticas en arreglos sorprendentemente refinados. Salgo y me dirijo
a la torre del homenaje, de 1327. Restaurada impecable se alza gallarda sobre
sus muros de casi dos metros de espesor hasta 30 metros de altura con una vista
esplendida de la región.
¿Y para terminar?
El castillo, que se puede alquilar para eventos
privados “memorables” y con una capacidad de hasta 600 invitados permanece
cerrado a cal y canto. No así la minúscula capilla donde resplandece un retablo
dorado y los arreglos florales de orquídeas del maestro Hans Danko le dan un toque de ensueño. A la salida espera la
carroza de la Bella Durmiente.
No podré quedarme hasta la tarde para asistir a
los juegos venecianos: una especie de desfile de carnaval de época por los
amplios caminos del parque añadirán su magia al encanto de las flores.
“Paris, bien vale una misa”. Dicen que dijo Enrique de Navarra (hugonote), aspirante a rey de la catolica Francia.
“Floralia, bien vale congelarse en este pueblo
perdido”. Y lo digo bien alto bajándome del maldito autobús engañoso, dispuesta
a esperar a remojo al que tenga a bien llevarme al centro de Bruselas.
FOTOS: Cortesía de GOOGLE
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Hola amigos. De momento nada nuevo, solo recuerdos que se van materializando en el transcurrir de este encierro.
ResponderEliminarQue la belleza nos acompane
Siempre. Y se cuela algo feo, con no mirar, listo.
EliminarGracias mi Macj!Buena tecnica esa.
EliminarBueno Igoa, nada nuevo para ti porque yo debo ser de los ¿pocos? que no conocen Keukenhof Garden. Tampoco Floralia, a pesar de haber estado en Amsterdam y en Bruselas. Así que se agradece tener noticias de ambos, aunque para ti sean cosas "de antes". Espero que ese encierro termine pronto. Aquí casi estamos peor ahora que antes. La invasión de Ucrania está siendo esa gota que...
ResponderEliminarBss
Dónde andas?
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